Warlords 3: Reign of Heroes

Reseña del juego

El tercer juego de la serie Warlords, fue el primer juego de SSG lanzado a través de un editor diferente y marcó el comienzo del declive de la clásica compañía de juegos de computadora de los 80. Un año después le siguió Warlords III: Darklords Rising, que fue una reelaboración de esta versión, con una nueva combinación de colores en la interfaz de usuario, nuevos escenarios y una nueva banda sonora.

A diferencia de las versiones anteriores, Reign of Heroes proporcionó varias clases de héroes. Cada clase tiene sus propias rutas de actualización y costos de opciones de actualización. Las opciones de actualización en sí mismas se volvieron seleccionables por el usuario, lo que le dio al jugador más control sobre el desarrollo de los héroes. Los niveles de las ciudades en Reign of Heroes se volvieron más importantes, ya que en las batallas equivalían a una bonificación de ciudad. Los jugadores recibieron la capacidad de promover ciudades al siguiente nivel por una cantidad fija de oro. Las unidades recibieron puntos de vida, lo que convirtió a las unidades más poderosas en objetivos más difíciles para las más débiles y aportó más diversidad a los conjuntos de ejército. El mayor número de bonificaciones del ejército hizo que el cálculo del resultado de la batalla fuera más complicado. Además, varias bonificaciones de ejército permitieron a ejércitos respetados matar a los enemigos más poderosos desde el primer ataque, lo que hizo que el resultado de la batalla fuera aún menos predecible.

El concepto de diplomacia se perfeccionó aún más añadiendo un nuevo estado a las relaciones diplomáticas: el Tratado. Este estado permitió a los jugadores invadir las ciudades de los demás y obtener la victoria aliada exterminando a todos los demás bandos. Otra característica relacionada con la diplomacia introducida en Reign of Heroes fue la capacidad de sobornar a los enemigos, influyendo así en sus decisiones diplomáticas. El monto del soborno se podía ajustar con precisión; cuanto más sustancial era el soborno, mayores eran las posibilidades de que se tomara una decisión necesaria.